¿Qué es la glándula pineal?
La glándula pineal está ubicada en el centro del cerebro, hacia la nuca, y se relaciona con el sexto centro energético o chakra ubicado en la frente entre las cejas, conocido como el tercer ojo.
El filósofo Francés René Descartes, lo consideró el asiento del alma. Para Descartes, el alma racional, una entidad distinta del cuerpo físico, era puesta en contacto con la tangibilidad a través de la estimulación (activación) de la glándula pineal.
Por otra parte, la corriente principal de la ciencia ha descartado por muchos años el estudio de la glándula pineal y su relación con las dimensiones de conciencia más sutiles.
En diferentes investigaciones sobre creencias y civilizaciones antiguas registradas por estudios antropológicos, se encuentran representaciones simbólicas que señalan a la glándula pineal como el órgano que sostiene información importante acerca de nuestra verdadera naturaleza. Sabemos que en filosofías y religiones como el Hinduismo y el Budismo, se le relaciona con el sexto chakra de nuestro cuerpo sutil, el “tercer ojo”, porque posee córnea, retina y una estructura sensible a la luz, similar a la de los ojos físicos.
Se dice que una vez activado el tercer ojo, los seres humanos tenemos la capacidad de percibir los planos espirituales, permitiéndonos descubrir la una parte esencial de nuestra existencia y conectar con una dimensión más profunda de la inteligencia humana. En las excavaciones y los descubrimientos del antiguo Egipto, se encuentra evidencia de que esta civilización tenía un lugar muy importante para las prácticas espirituales. Cuentan con suficientes representaciones simbólicas de la glándula pineal y de su relación con el pasaje del mundo físico a los planos espirituales.
Lo que sabemos a través de la ciencia tradicional, es que la glándula pineal produce serotonina y melatonina; neurotransmisores que regulan nuestro ciclo de sueño, jugando un rol importantísimo en nuestro humor. Sin embargo, los alimentos procesados, los productos de cosmética e higiene personal industrializados, el consumo descontrolado de carne animal, vegetales envenenados por pesticidas, más un adormecimiento de las prácticas espirituales y creativas, calcifican nuestra glándula pineal, bloqueando la oportunidad de conectar con una consciencia expansiva, para cultivar una visión evolutiva y despierta de las sombras y las limitaciones personales que se repiten inconscientemente, por el apego y la fuerte identificación con sistemas de creencias y defensa, aprendidos en la infancia, .
Actualmente la humanidad se encuentra en un punto crítico entre el despertar a todos los aspectos personales que limitan la evolución, o la destrucción total de nuestra especie. Este estado de limbo existencial y aparente búsqueda espiritual que estamos experimentando colectivamente, genera una serie de preguntas que la ciencia moderna o alternativa, trata de responder a través de investigaciones y estudios recientes que comprueban la multifacética función de éste pequeño grano con forma de piña ubicado en nuestro cerebro.
Estructura y funcionamiento de la glándula pineal.
Según los descubrimientos científicos y las investigaciones señaladas en el material audiovisual de David Wilcock, The secret of the Pineal Gland, dentro de la glándula, hay un líquido que contiene cristales con propiedades piezoeléctricas (cristales que al entrar en tensión liberan fotones). También se encontró una característica conocida como “piezocrismo o piezochromism”. Estos cristales piezo-cromáticos son cristales que pueden liberar luz de los colores que vemos en el arcoíris. La teoría explica que estos cristales son DMT (Dimetiltriptamina). Estrógeno que se encuentra de forma normal en la naturaleza y farmacológicamente pertenece a la familia de la triptamina. Cuando se refina, la DMT es un sólido cristalino de color blanco, que al entrar en tensión libera grandes explosiones de colores. Graham Hancock, creador del proyecto Desclosure, considera que el El DMT es el lente de la glándula pineal, que permite ver aspectos de la realidad, que no se pueden percibir por los sentidos que tradicionalmente conocemos.
Si observamos las ilustraciones de Dioses y Santos iluminados, vemos que las imágenes de estas deidades están siempre acompañadas por un halo de luz, o una corona, que nace justo por encima y detrás de la cabeza. Tradiciones esotéricas y escuelas místicas antiguas sabían del potencial de esta glándula mucho antes que los recientes descubrimientos de la ciencia moderna.
En el budismo es considerado un símbolo del despertar (iluminación) de Buda.
El Hinduismo lo vincula con la intuición y la clarividencia activada a través del sexto chakra (el tercer ojo).
Jesús proclamó según el pasaje Mateo 6:22: “La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz”.
Si lo que descubrió el filósofo René Descartes es verdad, y la glándula pineal es el asiento del alma, entonces estamos enfrentados a millones de años de sabiduría ancestral oculta y oprimida por una cultura limitante y controlada por un sistema que evidentemente no ha servido a la evolución y el progreso integral de la especie humana. Si las antiguas civilizaciones, religiones, escuelas esotéricas y filosóficas, todas coinciden en la existencia de un tercer ojo en nuestro cerebro, que nos permite aprender desde una inteligencia en contacto con información no tangible, sabíamos mucho más de nosotros mismos en el pasado de lo que sabemos ahora.
Es importante tomar en cuenta que todos estos estudios son teorías, porque la corriente principal de la ciencia no considera que haya suficientes pruebas para tomar estas evidencias en serio. Pero es importante recalcar que la corriente principal de la ciencia, es financiada por poderosas corporativas que de poco les sirve que estos conocimientos salgan a la luz.
Mike Adams, el dueño y fundador de la página Natural News , considera que componentes como el mercurio o el flúor que contiene la pasta de dientes, interviene en el funcionamiento correcto de las glándulas del sistema endocrino. Estas glándulas están conectadas a cada uno de los centros energéticos del cuerpo sutil que conocemos como chakras. Estas glándulas son la puerta de entrada a nuestra conexión espiritual. El funcionamiento correcto de las glándulas del sistema endocrino es desestabilizado por el consumo de alimentos y productos de uso personal industrializados.
La responsabilidad de mantenernos despiertos.
Creo firmemente que la tensión energética colectiva que estamos viviendo en la actualidad, es un proceso de cambio de paradigma social y cultural, en el cual la inteligencia intuitiva será la responsable de llevarnos a nuestro próximo gran paso como especie humana. Definitivamente, sin ella, estamos destinados a una vida opresiva y desvinculada de nuestro potencial espiritual y creatividad ilimitada. Para avanzar hacia una vida plena, vamos a tener que dejar atrás viejas estructuras sistemáticas impuestas por un poder corrupto y divisor. Florecer desde adentro hacia la superficie de la inteligencia intuitiva. Como los adolescentes hijos de la tierra que somos, para sobrevivir, tendremos que volver a nuestra Madre en busca de luz y guía, para convertirnos en adultos consientes de nuestra real naturaleza divina.
Si todavía no has intentado calmar la mente y entrar en contacto con tu mundo interno, no estas en desventaja, el proceso de la búsqueda espiritual es intimo y muy diferente para cada persona. La espiritualidad no es una serie de reglas que hay que seguir, sino un camino personal de búsqueda que una vez que comienza, acompaña cada uno de nuestros pasos. Te invito a que un primer paso hacia la construcción de una vida integral sea a través de la meditación y la practica de mindfulness, para comenzar a amplificar la atención hacia las emociones, los pensamientos y las creencias personales que ya no benefician la expansión y el cuidado de tu cuerpo, mente y espíritu.
Arte de cover por: Alex Grey
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Siempre he tenido la intuición de saber quien soy más allá de tener un cuerpo material buscando lo espiritual y deseo seguir adelante.gracias.
Nuestra intuición nos guía siempre!