Conocí a Patricia, hace unos años, cuando perdí a uno de los ángeles que tenía en la tierra. La pérdida de un ser querido, por lo general es vista con mucha tristeza y dolor. La transición se vive como una de las peores etapas por la que pasa el ser humano.

De toda las formas de su ausencia, a mí me dolía la idea de olvidar su tono de voz. Las frecuencias sonoras que salían de su alma, para decir tantas verdades sobre la libertad. 

En aquel momento me encontraba con la mortalidad de la única persona con la que compartía la misma forma de ver, el mundo, la familia, los amigos y los amores.  Yo siempre creí que ese tipo de personas se te cruza en la vida solo una vez. 

Cuando dejas de tener una persona así en tu vida, el mundo parece vacío. Volves a no encajar.

Buscando un alivio a mis síntomas de desapego, encontré un sitio on line con un directorio de sanadores holísticos del barrio en el que vivía. El primer contacto era el de Patricia. Anote el teléfono y no llame. Típico.

La misma búsqueda online que hice, encontrando como resultado el directorio del barrio, la hice nuevamente en el buscador de facebook. Como primer resultado, encontré el perfil de Patricia. Sin dudarlo, la llame y la conocí esa misma semana.

La sola presencia de Patricia, transmite paz y contención. Ella está presente, te escucha y entiende lo inexplicable.

Se sumergió en mi campo energético, como si ella ya hubiese trabajado en él en otras vidas. Dió exactamente con cada clavo que sostía las barreras de mi crecimiento.

En las incertidumbres más inciertas de mi reciente proceso, ella fue la luz que dió impulso al poder que ya existe dentro de mí.

Toda su presencia está cargada con la energía del Universo. Si el happy place es hoy, lo que intenta ser, es gracias a la guía recibida a través de Patricia, durante la etapa más dolorosa, que hasta el momento tuve que vivir.

Hace unas semanas, le envié un mensaje con la foto de una vela encendida, que tiraba poderes, y le comente en qué andaba.

Con toda la dulzura de siempre, hablamos por un rato y le dije que tenía ganas de escribir sobre su trabajo. 

En seguida me respondió que tenía algo para compartir.

En Julio de este año, el alma del papá de patricia partió hacia su próxima aventura, y ella documentó una experiencia maravillosa que sucedió mientras su Padre estuvo en coma por 25 días.

Cuando terminé de leer el documento que me envió, la hermosa sensación de que aúnque podamos transformar nuestras vidas un millón de veces, nunca sabremos absolutamente nada, me dió mucha paz. Todo lo escrito en aquel documento, transmitía la energía de lo Divino.

Somos una especie que está dormida ante la maravillosa e ilimitada posibilidad de nuestra conciencia.

Una experiencia metafísica, con un profundo aprendizaje de parte de sus protagonistas, y un mensaje del akasha, para todo el que lo lea.

Una mirada de amor, a nuestra incertidumbre, más incierta.

Agradezco profundamente a Patricia por darme el honor de compartir esta historia en la plataforma de mi amado happy. Agradezco a la vida por darme la oportunidad de haber conocido a Patricia, y agradezco al Gran Misterio del Universo, por permitir que volvamos a conectarnos, y que volvamos a casa.

 

III

La vida me tenìa una sorpresa. Una magistral clase de metafísica.

¡Cuánto aprendí en tan pocos días! …de la persona que menos esperaba.

Gracias papà.

 

Un día de junio, el día exacto de su cumpleaños, la esencia encarnada que cumplía el rol de mi padre tuvo un accidente, o mejor dicho, sucedió lo que decidió hacer para evolucionar. Impactó su camioneta contra una columna quedando en coma.

 

El primer sentimiento fue de enojo. MovÍa mi rutina, desarticulaba mi mundo, me ponía frente a una situación en la cual no sabía  cómo actuar; como una comida exótica que no se sabe ni qué es, ni cómo se come.

Fuimos al sanatorio donde quedó internado en CTI y a la vuelta, ya llegando a mi casa, la paz me invadía… la suya. Entendí claramente que su conciencia no estaba en el cuerpo, se había desdoblado o como sea que se llame. Intuí que ese era el principio del fin de su encarnación.

Al principio lo que me molestaba, llegó a volverse rutina. Qué bichos rutinarios y costumbristas resultamos ser.

 

A diario viajamos a recibir  el parte médico, pero fueron pasando los días y canalizaba su conciencia. Íbamos charlando como nunca… fue la mejor relación que tuve con mi padre.

 

Muy claramente me dijo – “Yo a ese macaco no vuelvo”. Tal era su estado de paz y entendimiento, de que ese cuerpo físico era sencillamente un muñeco que permite que la conciencia vivencie este plano y transite,  con el fin de reconocerse y despertar del olvido de sí misma.

 

Como si fuese un experimento, fui testeando su energía, la primera vez que entré al CTI. Tal como intuía, su cuerpo estaba vacío, allí no había conciencia. El macaco como bien dijo, estaba sustentado por las máquinas, mientras su conciencia hacía toda la evaluación correspondiente a lo vivido en este plano. 

 

Claramente comprendí, que el estar en coma es una oportunidad de evaluar sin trascender, por eso las personas que salen de este estado, cambian, se vuelven alegres, disfrutan la vida y la segunda oportunidad que tienen. Es un proceso de transmutación energético; el que vuelve ya no es el mismo. 

 

Hablaba a diario con su conciencia, lo disfrutaba tanto!

 

Cosa que contrastaba con los llamados dolientes de los que se enteraban, y si bien los entendía, yo no quería recibirlos. Estaba disfrutando todo ese proceso, tenía la mejor relación con mi padre de toda mi vida, no quería que nada ni nadie la empañara, y tampoco que terminara, aunque entendía que era temporal.

 

Los momentos que estaba en casa me cerraba al mundo exterior cuidando mi energía. yo estaba viviendo otra cosa, algo maravilloso, agradeciendo constantemente la oportunidad de vivir todo aquel intenso aprendizaje.

 

Las caras expectantes de los que me saludaban, tratando de ver en qué estado me encontraba, se chocaban con una neutralidad y una ausencia de lo que esperaban, de lo que creían sería lo normal.

Lo normal es otra cosa, y se llama natural.

 

Nos olvidamos de lo que somos, infinitos e inmortales, somos energía encarnada aprendiendo. Por lo tanto, la muerte como la entendemos no existe, tan solo cambiamos de estado, de uno denso a otro más sutil. Los que sufren y se lamentan por la muerte de un ser querido, lloran por el sufrimiento propio, sin entender que nunca nos separamos, ya que formamos parte de un Todo. Cuan equivocados encaramos ese momento. Deberíamos honrar a esa esencia que deja el plano, entendiendo que ha cumplido su aprendizaje, y que volverá por otros.

 

Siguiendo su proceso energético, vi claramente el momento en el cual, luego de hacer su evaluación, había tomado una decisión e iba a ejecutarla. Como comprobé al entrar a verlo nuevamente; parte de su conciencia había ingresado al cuerpo, la suficiente para ejecutar la decisión, más no toda, cosa que me alivió bastante, así podía tener luz en ese momento, aparentemente oscuro.

 

Tuvo alguna mejoría, mínima, ya que las lesiones cerebrales eran muy graves, entubado y todo monitoreado, lo poco que pudo percibir, fue suficiente para ponerlo inquieto, cosa que derivó en sedarlo nuevamente. Así pasaron los días, entre infecciones nuevas y complicaciones. Llegaba la hora de decidir, y nos tocaba a nosotros esta vez.

 

La única vez que vi sus ojos abiertos estaban perdidos, pude comprobar que en ese mÍnimo de conciencia, reconoció mi voz y apretó mi mano, no tengo claro si algo en él se conmocionó, pero las alertas de las máquinas sonaron al igual que las emociones en mi interior.

 

Qué aprendizaje tan duro! Lo recuerdo, y  se me hace un nudo en la garganta. No puedo decir casualmente; nada es casual, así que diré: causalmente, era una conversación muy reiterada, la de si en algún momento quedaba en un estado donde no pudiera valerse por sí mismo, sostenido por tubos y con falta de lucidez mental, no quería vivir así. El momento de tomar esa decisión, había llegado y dolía.

 

Tomar esa decisión fue parte de todo este aprendizaje, y en este caso era: hacerse cargo. Nos tocaba ser su voz y decidir por él. Teníamos bien claro lo que quería, pero qué difícil.

 

Fue uno de los días en los que el dolor me invadió. Gracias Cami, por sostenerme desde la conciencia, gracias por la charla de ese dia.

 

Al día siguiente, el informe médico fue la ejecución de nuestra decisión, y digo nuestra porque tengo dos hermanos. Tal y como habíamos decidido, la medicación de soporte fue retirada y la sedación aumentada. Ya lo único importante era que el pasaje a otro plano, fuera sin conciencia de ningún dolor del cuerpo físico. Debo mencionar que a las dos semanas de haber ingresado a CTI, el médico tratante fue sustituido por un hermoso ser de luz. Gracias Dr. Rodrìguez, sin dudas hiciste la diferencia con tu energía y tu sinceridad, con tu disponibilidad a escuchar y a tener presente las emociones y puntos de vista de cada uno de los que fuimos a diario a recibir tus palabras.

 

Fueron dos días fuertes, la decisión y la ejecución. A diario le pedía viendo el desarrollo de los acontecimientos – “por favor, papá , no me hagas tomar decisiones que no quiero”

Ni corte me dió, obviamente, y se lo agradezco.

 

Hacerse cargo de otro cuando está en una situación que no le permite hacerse cargo de sí mismo, dejar de lado todo: emociones, apegos, comodidades, y sólo actuar por y con Amor, es una gran enseñanza.

 

Veinticinco días que parecieron una eternidad, y al mismo tiempo apenas unos segundos, miro hacia atrás y me parece que fue ayer y al mismo tiempo hace mucho. Así mismo tengo la sensación de que vivencie una película. Fue tal el estado de desapego de este plano, gracias a la conexión con su conciencia, que nunca sentí un fin, ni lo siento. Fueron muchos días pero era algo que ya me había advertido:

-Me voy pero no tan rápido, les daré a cada uno el tiempo necesario para que procesen mi partida- Y así lo hizo!!!!!!

 

Tal como había dejado dispuesto, su cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas en su querido Parque Central. Momento humorístico y el más liviano emocionalmente. Habíamos cumplido todos sus pedidos y le poníamos un punto final.

 

Su cuerpo físico ya no está, más su conciencia aún sigue alrededor nuestro. Cumpliendo procesos para luego seguir su camino a otros planos. Tiene mucha luz para hacerlo y no quedarse en el astral, gracias a la transmutación y evaluación realizada en el estado de coma. Lo veo lleno de luz y sabiduría, nada me alegra más que eso.

 

Agradezco todo el aprendizaje recibido. una bendición del Universo. Agradezco a la esencia encarnada en el rol de mi padre, por haberme dejado acompañarlo en todo ese maravilloso proceso, por haberme permitido ser el canal para expresar sus mensajes y sus decisiones.

 

Doy gracias por haber podido presenciar energéticamente procesos que tan solo son develados cuando nos toca estar en ese lugar. Me queda todo lo aprendido, todo lo integrado; que cambia obviamente lo que nos han dicho que era o imaginábamos sobre el final, que no es tal.

 

Tan sabiamente culturas antiguas tenían otro concepto del que hoy tenemos con respecto a la muerte. No es el fin de nada. Debemos cambiar la forma en la que despedimos el pasaje de una esencia por este plano, honrandola, festejando su aprendizaje, su ida, pero también su posterior retorno.

 

Nos hemos olvidado de tantas cosas… nos hemos dormido; pensamos que somos lo real, y vemos como irreal lo auténtico.

 

Te honro papá… honro tus días en este plano, tus aprendizajes y tu maestría para enseñarnos tanto, honro tu valentía y tu sabiduría.

Los pactos hechos con cada uno de nosotros, tus almas compañeras… nos veremos en otra encarnación, o la vida tal vez, y así lo creo, nos sorprenda. Te fuiste con mucha luz y volverás con mucha más aún, a experimentar otras vivencias, que estoy segura serán más armónicas para el Ego.

Te doy gracias y hasta pronto….

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